miércoles, 8 de noviembre de 2023

 

¡PRÓXIMAMENTE...!
Titán vs Monstruo


Dios predijo cuatrocientos años de exilio. Durante el pacto, Dios le dijo a Abraham: “(…) has de saber que tu simiente será extranjera en una tierra que no será suya y la servirá. Y martirizarán (a tu simiente) durante cuatrocientos años”. Sin embargo, se calcula que los años que el pueblo estuvo en Egipto fueron muchos menos que los aquí mencionados.



Es de entender que los hebreos (judíos), ocupaban tierras infértiles y, ante la posibilidad de morir de hambre, un Dios le dijo a su líder (Abraham) que debían emigrar hacia tierras fértiles y establecerse allí durante muchos años (cabe destacar, que en aquella época, los años no se medían como lo hacemos actualmente) para poder sobrevivir y dejar descendencia.

Así lo hicieron, partiendo hacia la tierra fértil, regada por el gran río Nilo. Sólo que en aquel entonces, Egipto vivía el esplendor de la era faraónica, y los políticos del Faraón no estaban dispuestos a recibir a emigrantes pordioseros y darles comida y vivienda gratis... los hebreos que llegaron entonces, debían trabajar para ganárselo. Fué cuando comenzó la famosa "esclavitud de los hebreos". En realidad no se trataba de una esclavitud como la pintan los judíos en sus "libros sagrados", sino de mano de obra a cambio de cobijo y comida.

               
 


    Para  los rabinos antiguos y modernos, el trato "inhumano" al que fueron sometidos para sobrevivir, por los egipcios, hería gravemente la dignidad abrahámica (trabajar a cambio de sustento y comida), por lo que decidieron contarle al mundo futuro que los egipcios los esclavizaron, comenzando una victimización cultural, de la que hacen uso hasta los días actuales.

Los hebreos fueron expulsados de todas las tierras que deseaban ocupar para establecerse, durante miles de años... ¿por qué habrá sido?

Una respuesta superficial estará condicionada a la victimización que las religiones abrahámicas han predicado durante más de dos mil años por todo el mundo, pero, si hacemos un razonamiento más profundo, responderemos con estas preguntas: ¿Todos los que expulsan y denostan a los judíos son los malos? ¿Los hebreos son los únicos buenos y honestos?



Es claro que no es así... los malos son ellos. En todas las tierras en las que pretendieron establecerse, provocaron guerras y matanzas, hasta nuestros días. La mayor desgracia que la humanidad ha conocido en toda su historia, ha sido la invensión de la bomba atómica... ¿quién la creó? Julius Robert Oppenheimer- Científico eeuunidense de origen judío, 1904-1967.

Israel es el único país en Medio Oriente que posee esta arma... y ya amenaza con utilizarla...

 
                                       Ministro israelí suspendido tras sugerir uso de 
                                       bomba atómica en Gaza – Mundo – CartaCapital


Adolf Hitler tenía muy claro el origen y la historia política de los judíos, a los que culpaba de la grave desobediencia impositiva y trabajos no registrados en Alemania, y en toda Europa, como había sido costumbre durante siglos y tolerado por gobiernos serviles y hábidos de votos en las elecciones locales. Cuando Hitler comenzó a regularizar esta situación, comenzaron sus mayores problemas sociales y políticos. Nadie duda que Hitler fue un genocida repudiable aunque, para muchos analistas de la época basados en documentos hallados en los archivos del Tercer Reich, su intención primaria fue aplicar justicia tributaria a un sector que se especializaba en crear empresas y comercios ilegales para no pagar los impuestos que el pueblo alemán necesitaba para aliviar la profunda crisis producida a consecuencia de la 1ª Guerra Mundial.

Debido a los conflictos sociales generados por la reacción judía a regularizar sus empresas, comercios y talleres, los segundones del gobierno alemán, instigados por una agresiva propaganda nazi, crearon milicias que, en principio, debían reprimir con violencia a los manifestantes, lo que acabó agravando el conflicto interno, que, a su vez, los medios pro-judíos recogían los hechos violentos, los maximizaban y los exportaban mundo afuera, activando el repudio de los judíos intelectuales y oligarcas de otras naciones al gobierno nazi, y exigiendo el apoyo de otras potencias en su defensa. Comenzaba la II Guerra Mundial.

 


En este tristemente célebre conflicto bélico, fueron asesinados más de 6 millones de judíos (en su gran mayoría, de origen humilde). La diáspora judía distribuída en toda Europa y Asia, comenzaba a exigirle a sus líderes rabínicos, que la milenar promesa de la Tierra Prometida debía cumplirse en un corto lapso de tiempo, antes de que apreciera "otro Hitler" en Europa, o en algún  otro continente occidental.

Se sabe que esta etnia acumuló toneladas de oro durante muchos siglos, lo que no está claro, es como lo hicieron posible. Una vez finalizada la II Guerra Mundial, este metal precioso fue depositado en Bancos del Reino Unido y en la Reserva Federal de EEUU, logrando que las monedas de estas potencias obtuviese un gran valor en el mercado internacional. Los cofres anglosajones estaban atiborrados de oro hebreo (y aún lo están). 


   

La condición específica para elegir tales bancos anglosajones por parte de los judíos, fue que, de forma conjunta, el Reino Unido y los Estados Unidos de América le dieran protección incondicional y un territorio en donde asentar su Tierra Prometida.

Esta Tierra aparecía como elegida por Theodor Herzl, fundador del sionismo político, en  Argentina. 

 

El propio Herzl consideraba Argentina como una posibilidad para un asentamiento masivo de judíos, en una parte de su libro "Der Judenstaat", bajo el epígrafe "¿Palestina o Argentina?", en el que hace referencia al país sudamericano como "uno de los más fértiles de la tierra, de inmensa superficie, población escasa y clima templado".

                                                             Theodor Herzl


Leon Pinsker, autor de "Autoemancipación" (1882), considerado un texto fundacional del sionismo y que sirvió de inspiración a Herzl para su "Estado judío", fue un defensor de la opción argentina, al igual que Maurice de Hirsch, uno de los impulsores de las colonias judías en América.

Argentina, al igual que Uganda, ofrece una clara ventaja: un vasto territorio vacío, en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido, explicó la profesora López Alonso.

Ese era uno de los principales inconvenientes de la opción Palestina: ya había una población árabe establecida. (Fuente: BBC Mundo - 17/11/2017).

Argentina fue descartada por los británicos como la nueva Israel, por dos motivos: 1º- El conflicto con los argentinos demandaría una guerra de proporciones incalculables. 2º- La nueva patria judía estaría establecida a escasos kilómetros de su colonia al sur del continente suramericano, es decir, las Islas Malvinas (Falkland Islands)... ¡no los querían cerca por su doctrina sionista de expansión territorial!

Por tal motivo, como Palestina tenía escasa y paupérrima población originaria, y en la época era una sub-colonia británica, esta fue la elegida. Lo que dió comienzo a un infierno sangriento para los palestinos: el robo sistemático, por parte del Monstruo compuesto Anglosajón-hebreo, de sus milenares y legítimos territorios. Gracias a las toneladas de oro, y a su fuerte doctrinamiento de exclusión racial, este monstruo se compone de un cerebro judío, y una musculatura anglosajona... ¿será indestructible?



La Historia Universal (y nuestras propias experiencias) demuestran fehacientemente que no existe nada indestructible... apenas son necesarias dos fuerzas inmateriales: astucia y mucha paciencia. El tiempo moderno no es el mismo que el de siglos anteriores, y en este siglo XXI se ha actualizado su transformación perceptiva sorprendentemente rápido... la paciencia, que antes podría durar decenas de años, actualmente podrían ser apenas unidades de años.

El rival del monstruo anglosajón-hebreo, es un Titán también compuesto: el Sino-ruso-persa, cuyo cerebro es sino y su musculatura ruso-persa (a la que podrían añadirse bíceps norcoreanos).

Más rápido de lo que hubiéramos imaginado, se está conformando la Arena para el enfrentamiento de estos dos colosos en un combate que, como resultado de profundos análisis en las estrategias de ambos contendores, no serán necesarias armas de destrucción masiva, y las posibilidades de triunfo en una lucha de estas características, se inclinan (por muy poco), en favor del Titán.

Titán representa el futuro (China es el futuro), mientras que el Monstruo personaliza el pasado.

 


Walter E. Carena          


 

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