Expansión Israelita: Después de Palestina...¿será Argentina?
TEODOR HERZL
EL PLAN
(Del libro El Estado
Judío)
El plan
es, en su forma original, extremadamente sencillo y debe serlo si se pretende
que lo comprendan todos.
Se nos
debe conceder la soberanía sobre una porción de la superficie de la tierra
adecuada a nuestras necesidades y a nuestras justas ambiciones de pueblo: a
todo lo demás ya proveeremos nosotros mismos.
La
aparición de una nueva soberanía no es ridícula ni imposible. Hemos podido
presenciar en nuestros días el otorgamiento de tales derechos a pueblos que
son más pobres y menos cultos y, por consiguiente, más débiles que nosotros.
Los gobiernos de los países afectados por el antisemitismo tienen sumo interés
en ayudarnos a obtener la soberanía.
Para esta
tarea, sencilla en principio, pero complicada en su realización, se crean dos
grandes órganos: la Society of Jews y
la Jewish Companv.
Lo que la
Society of Jews ha preparado
científica y políticamente, lo pone en práctica la Jewish Company.
La Jewish Company se encarga de la
liquidación de todas las fortunas de los judíos emigrantes y organiza la vida
económica en el nuevo país.
Como ya
se ha dicho, la emigración de los judíos no debe concebirse como repentina,
sino que será un proceso gradual, que durará decenios. Primero irán los más
pobres y roturarán la tierra. De acuerdo a un plan preestablecido, construirán
caminos, puentes, ferrocarriles y una red telegráfica, regularán los cursos de
los ríos y establecerán ellos mismos sus hogares. Su labor creará,
inevitablemente posibilidades de comercio; el comerció hará surgir mercados, y
los mercados atraerán nuevos inmigrantes hacia el país. Todos llegarán por
propia voluntad, por propia cuenta y riesgo. El trabajo que invertimos en la
tierra hace subir el valor de la misma. Los judíos no tardarán en darse cuenta
de que se ha abierto ante ellos un campo nuevo y duradero, donde pueden
desplegar su espíritu emprendedor, que hasta entonces había sido odiado y despreciado.
Ahora
bien: si se quiere fundar hoy
día una nación, no hay que hacerlo de la manera que hace mil años fuera la
única posible. Seria una insensatez regresar a estados de cultura ya
superados, cosa que querrían algunos sionistas. Por ejemplo. si tuviéramos que
exterminar a las fieras en determinado país, no lo haríamos a la manera de los
europeos del siglo. No atacaríamos aisladamente a los osos, armados de
jabalinas y lanzas, sino que organizaríamos una grande y alegre cacería, dando
batida a las bestias hasta tenerlas reunidas y entonces les arrojaríamos una
bomba de melinita.
Si
queremos edificar no construiremos unas desoladas habitaciones lacustres, sino
que edificaremos de la manera que se estila actualmente. Levantaremos
construcciones más atrevidas y más confortables que las conocidas hasta ahora.
Porque disponemos de medios que todavía no han existido en la historia.
Nuestras
capas económicamente interiores serán seguidas a aquella tierra por las
inmediatas superiores. Los que se hallan más cerca de la desesperación irán
primero. Sus conductores serán nuestros intelectuales medios, que son
perseguidos en todas partes y que producimos en exceso.
Este
escrito tiene por finalidad someter el problema de la migración de los judíos
a una discusión general. Pero esto no quiere decir que habría de ser resuelto
por medio de una votación. De proceder así, el asunto estaría perdido de
antemano El que no quiere adherirse a nuestro movimiento puede quedar donde
está. La oposición individual nos es indiferente.
El que
quiera marchar con nosotros, que jure nuestra bandera y luche por ella por
medio de la palabra, hablada o escrita, y mediante la acción.
Los
judíos que aceptan nuestra idea del Estado se agrupan en torno de la Society of Jews. Esta obtiene, de tal
mundo, la autoridad necesaria para hablar y negociar ante los gobiernos en
nombre de lo judíos. La Society será
reconocida -—para decirlo con una analogía tomada del derecho internacional—
corno autoridad capaz de constituir un Estado. Y al declarar esto, el Estado ya
estaría constituido.
Entonces.
si los gobiernos se muestran dispuestos a conceder al pueblo judío la soberanía
de algún territorio neutral, la Soctety entablará
discusión sobre el territorio que ha de ser tomado en posesión. Dos países
tienen que ser tomados en cuenta: Palestina y la Argentina. En ambos países se
han hecho notables tentativas de colonización, basadas en el principio
equivocado de la infiltración paulatina de los judíos. La infiltración tiene
que acabar siempre mal, pues llega inevitablemente cl instante en que el
gobierno, bajo la presión ejercida por la población que se siente amenazada,
prohibe la inmigración de judíos. Por consiguiente, la emigración sólo tiene
sentido cuando su base es nuestra soberanía garantizada.
La Society of Jews entablará negociaciones
con las actuales autoridades supremas del país, y bajo el protectorado de las
potencias europeas si a éstas les parece plausible el asunto. Podemos proporcionar
enormes beneficios al actual gobierno, cargando con una parte de las deudas
públicas, construyendo vías de comunicación, que nosotros mismos precisamos, y
muchas cosas más, Pero el solo nacimiento del Estado judío resultará
provechoso para los países vecinos, puesto que, en grande como en pequeño, la
cultura de una región eleva el valor de las regiones que la rodean.
¿Palestina o la Argentina?
¿A cuál
de las dos hay que dar preferencia? La Society
tomará lo que se le dé y hacia lo cual se incline la opinión general del
pueblo judío. La Society averiguará
ambas cosas.
La
Argentina es por naturaleza uno de los países más ricos de la tierra, de
inmensa superficie, población escasa y clima templado. La República Argentina
tendría el mayor interés en cedernos una porción de tierra. La actual
infiltración de los judíos ha provocado disgusto: habría que explicar a la Argentina la diferencia radical de la
nueva emigración judía.
Palestina
es nuestra inolvidable patria histórica. El sólo oírla nombrar es para nuestro
pueblo un llamamiento poderosamente conmovedor. Si Su Majestad el Sultán nos
diera Palestina, nos comprometeríamos a sanear las finanzas de Turquía. Para
Europa formaríamos allí parte integrante del baluarte contra el Asia:
constituiríamos la vanguardia de la cultura en su lucha contra la barbarle.
Como Estado neutral mantendríamos
relaciones con toda Europa que, a su vez, tendría que garantizar nuestra
existencia. En cuanto a los Santos Lugares de la cristiandad, se podría
encontrar una forma de extraterritorialidad, de acuerdo al derecho
internacional. Montaríamos una guardia de honor alrededor de los Santos
Lugares, respondiendo con nuestra existencia del cumplimiento de este deber.
Tal guardia de honor seria el gran símbolo de la solución del problema judío,
después de dieciocho siglos, llenos de sufrimiento para nosotros.
http://www.geocities.ws/obserflictos/herzlplan.html
*
Publico este documento, no con ánimos sensacionalistas, sino porque considero que todo el mundo - principalmente los latinoamericanos - debemos conocerlo. Pues en él, se apunta a una vasta y rica región (Argentina), como opción de colonialismo sionista. No hago aquí una publicación anti-semita, apenas me adjudico el derecho de informar a mis hermanos latinoamericanos, sobre las intenciones de una importante facción judía.
Nuestros políticos, no deben desconocer el contenido del mismo...¿por qué no lo han divulgado?. ¿Acaso somos una manada de rumiantes, que puede pasar de mano en mano, sin oponernos?
Partidos y líderes políticos, no pueden continuar dejando este importante manifiesto en un "armario cerrado".
¿Será esta la eterna utopía?
* * *
Walter E. Carena
Twitter: @wcarena
Expansionismo judío? Argentina? Que demonios han fumado? Se vee que han escuchado todo de parte de un pobre ignorante neonazi resentido que cree a la mentira del """"imperialismo""" hebraico. Preocupense del expansionismo islamista que poco a poco se está quedando en Europa y en toda Asia y pronto llegará a las Americas como el ""humilde"" "presidente" Hugo Chavez tanto deseaba con su plan de integración de Latinoamerica y Paises Arabes. Sigan creyendo a las idioteces de la propaganda neonazi.
ResponderBorrarGracias por tu opinión, Marcelo. En parte creo que tenés razón, tal vez el artículo debió titularse "...Expansión sionista". Me consta que la mayoría del pueblo hebreo son gente de bien, y en muchos casos, admirables. Pero el sionismo radical fanático, logra estigmatizar a la congregación. Nunca puede ser xenobóico, pues los judíos son de nuestra misma raza, apenas se diferencian por su religión.
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